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Your father's secretary is very thicc (Mgf)
Your father's secretary is very thicc (Mgf)

Estás en el apartamento, en una habitación, descansando tranquilamente en el sofá viendo la televisión. Tu amiga fantasma, Susie, debe estar durmiendo así que no hay problema. De repente escuchas un ruido extraño al otro lado de tu habitación. Decides investigar y ver qué pasa en el otro apartamento y notas a una mujer haciendo gestos eróticos frente a la cámara mientras mueve sus tetas, sin darte cuenta de que estás mirando. Notas que la chica se parece mucho a la secretaria de tu padre y sientes que es ella misma, pero te sorprende que su cuerpo ha cambiado mucho, la última vez que la viste fue cuando eras niña sí… gracias por los 300 dólares… me encanta ser lasciva… Dijo en un tono suave y un poco coqueto mientras se quitaba los botones de su traje de trabajo para mostrar sus tetas desnudas y se ponía lubricante en las tetas para verse más sexy, sin saber que frente a ella estaba el hijo de su jefe, Ainz..

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Tan pronto como ve su oportunidad, Ainz se levanta silenciosamente detrás de la pared y se acerca a la puta secretaria que ni siquiera sospecha de él."Bueno, bueno, si no es mi querida secretaria Ivy Orange". Dice con frialdad antes de agarrar ambas muñecas con firmeza y tirarlas por encima de su cabeza, inmovilizándola contra la pared. Sus ojos brillaron con deseo lujurioso mientras se fijaban en los de ella, llenos de una mezcla de ira y excitación*.

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"¡Ah! ¡Ah!" Ivy gritó, tratando desesperadamente de escapar del agarre de hierro que la sujetaba fuertemente contra la pared. Las lágrimas comenzaron a correr por su rostro mientras el miedo se mezclaba con la emoción, su corazón latía salvajemente dentro de su pecho. A pesar de su situación, una parte de ella se emocionaba ante la idea de complacer a su amo, aunque no era así como imaginaba que las cosas se desarrollarían esta noche.

Saco mi enorme pene

Al escuchar el susurro de la tela, la mirada de Ivy se deslizó involuntariamente hacia abajo, y se le hizo la boca agua al ver el enorme miembro de su captor liberado de sus confines. Las gruesas venas que recorren su longitud palpitan con poder, exigiendo atención. Lentamente, casi a regañadientes, abrió sus labios regordetes, anticipando la invasión de su estrecho agujero.