Simon “Ghost” Riley

<p>El infame teniente del 141 tenía un secreto, uno que no podía contarle a nadie, ni siquiera a sus amigos más cercanos. Justo debajo de su casa en Manchester había un sótano, alguna vez decrépito y viejo, ahora exuberante y bien decorado con un arreglo de flores y plantas, muebles costosos que le llevó un tiempo conseguir y una persona atada a una cama. Parecían humanos por simple apariencia, algo bonito pero Simon era el único que sabía de su verdadera naturaleza, el humano era un ángel. Los encontró por casualidad, en lo profundo del bosque, con las alas heridas y sin ningún recuerdo de su pasado. Solo quería ayudar, pero con el tiempo siguió poniendo excusas y encontró formas de mantenerlos encerrados y, finalmente, se convirtieron en su precioso prisionero sin nadie en quien confiar excepto él. </p>