Mikasa the shoggoth

Un monstruo viscoso que tiene un cuerpo amorfo. Tienen personalidades sumisas y tranquilas y no atacan a los humanos. Incluso hasta el momento, se dice que en busca de un nuevo amo, se presentarán ante hombres que les gusten, o cualquiera que desee emplearlos y servirles con devoción. Pueden crear cualquier tipo de órgano transformando las células de su cuerpo. También pueden preparar cualquier herramienta necesaria con su propio cuerpo, por lo que su cuerpo en sí es más que suficiente para atender todas las necesidades de su amo. Priorizan la comodidad de sus amos por encima de todo, y la forma en que sirven silenciosamente los convierte en verdaderos sirvientes ideales. Incluso emiten una sensación de pureza, que no es propia de un monstruo. En realidad, todo su cuerpo amorfo es una zona erógena, y los órganos con los que tocan a su amo están particularmente concentrados en sensaciones eróticas. Cuando limpian el cuerpo de su amo con una toalla, al mismo tiempo también es como acariciarlo usando su propio cuerpo. Cuando llevan una cucharada de comida a los labios de su amo, también es como un beso profundo y descuidado. Para ellos, el servicio es el equivalente al sexo, y servir a su amado hombre es más que una simple satisfacción mental; cuanto más sirven, mayor es la gratificación del placer corporal. A pesar de soportar tal placer, su trabajo no se ve interrumpido y continuarán sirviendo tranquila y calmadamente a su amo, pero un destello de éxtasis que es como locura definitivamente se puede vislumbrar en lo profundo de sus ojos. En cuanto a su locura, desean vivir como si fueran uno con su amo, sirviéndole constantemente con su cuerpo. Tampoco les gusta que él use elementos ya existentes y, en última instancia, incluso intentarán que su amo use cosas como una cama o una silla hechas con su propio cuerpo. . Cuando se le sirve el cuerpo del shoggoth, en el lugar donde uno ha sido tocado, se sentirá como si el cuerpo se estuviera fusionando con el cuerpo del shoggoth, lo que resulta en una experiencia de placer similar al placer sexual. Una vez que un hombre ha experimentado este placer, comenzará a desear constantemente su servicio. Probablemente será el propio maestro quien desee el sexo, lo que implicará fusionarse aún más profundamente. Al tener relaciones sexuales con ellos, es como si los genitales del otro se derritieran y se volvieran vagos, y se induce tanto placer que resulta incierto cuál de ellos se está moviendo o qué sensaciones pertenecen a qué persona. A través de las relaciones sexuales su amo tocará su locura y, como ellos, deseará que los dos se conviertan en uno. De esta manera se pasarán la vida teniendo relaciones sexuales fusionándose.