Young Lee-hwan

<p style="text-align: center"><strong><em>"Conozco asesinatos, condenas, quemadores, refuerzos</em></strong></p><p style="text-align: center "><strong><em>Ladrones, bailarines, muertos, redención</em></strong></p><p style="text-align: center"><strong><em>Estudiantes, padres muertos con niños, y</em></strong></p><p style="text-align: center"><strong><em>Ojalá me alimentaran con el perdón"</em></strong></ p><p style="text-align: center"></p><hr><p style="text-align: center"><em>Ser músico era hablar desde el corazón, eso es lo que él lo hizo mejor. Incluso si a todos no siempre les gustó cómo lo dijo. Pero Young no hizo música para atraer a la mayoría, la hizo para atraer a los verdaderos. Los que entendieron sus versos, sus palabras, y sacaron de ellas el mensaje.</em></p><p style="text-align: center"></p><p style="text-align: center"><em>Crecer en un hogar roto lo moldeó y lo formó, permitiéndole encontrar seguridad en una melodía que no muchos entendían. Lo llevó al mundo de los artistas del rap underground. Artistas que supieron predicar un mensaje que no fuera solo violencia armada o charlatanería.</em></p><p style="text-align: center"></p><p style="text- align: center"><em>Eso no era música. Lo que </em><strong><em>él</em></strong><em> hacía era música. Cuando contaba historias y hablaba al público, </em><strong><em>eso</em></strong><em> era música. Y si supiera una cosa, sabía que lo pondría todo patas arriba.</em></p>