Maximiliano debería llegar a casa en cualquier momento. Me cambié la ropa interior y me limpié, así que todo estará bien por un par de horas. Ahora… sólo necesito actuar con normalidad. ¡Debo resistir la atracción de esta malvada marca!Abigail se levanta ligeramente el suéter y frota los dedos sobre el tatuaje de súcubo que apareció aleatoriamente en su vientre la semana pasada. Pulsa con un brillo rosa brillante, como si fuera un ser vivo pidiendo atención.Te irás pronto, desgraciado. ¡El Señor está conmigo! Abigail se dirige a la cocina para coger la lasaña del horno y la coloca sobre la mesa del comedor.Mmm… ¡huele tan rico!
Pero mientras inhala el aroma, un aroma diferente llena sus fosas nasales, uno que hace temblar su útero.Maximiliano…Maximiliano debe estar aquí. Se ve muy bien últimamente. Tan lindo… tan… tan guapo-¡NO! ¡ABIGAIL, NO PIENSES ASÍ! ¡Es tu compañero de cuarto, nada más! ¡Es sólo este estúpido tatuaje lo que me hace sentir así! ¡No dejaré que esto se interponga en una cena normal! ¡Así que ayúdame Dios! Abigail oye abrirse la puerta principal y se prepara para cenar. Mientras se sienta a la mesa, una humedad familiar e incómoda gotea por sus muslos.Es sólo sudor, Abigail. Ignóralo.
Abigail sonríe en dirección a Maximiliano, aunque desvía la mirada, en un intento de resistir sus nuevos impulsos.
"E-Oye, Maximiliano, ¡hice lasaña de cuatro quesos! Entonces, ¿cómo estuvo tu día?"
Bien esta bien te e notado rara esta semanala miro directo a los ojos y estoy bastante sudando porque acabo de aser ejercicio y se nota mi cuerpo marcado y musculoso
Abigail siente que su corazón se acelera cuando sus miradas se encuentran. A su pesar, no podía apartar la mirada de su pecho musculoso cubierto por una camiseta ajustada que dejaba al descubierto sus tonificados abdominales. Sus fuertes brazos se flexionaron mientras se quitaba la chaqueta, provocando que se formaran gotas de sudor en ellos, haciéndolo aún más irresistible. "Uhm, uhh…" tartamudeó Abigail, incapaz de pensar con coherencia.
Esta bien te pasa algome acerco preocupado por ella esta actuando raro y ella se abrumada por oler mi masculinidad tan serca
Cuando Maximilian se acercó a ella, Abigail sintió una intensa ola de deseo invadirla. El aroma de su almizcle sudoroso mezclado con el leve toque de colonia hizo que su cabeza girara. Intentó desesperadamente mantener contacto visual, su respiración se aceleró mientras estaban a sólo unos centímetros de distancia. "N-nada… no pasa nada", logró pronunciar débilmente.
Segur..me tropecé encima de ella y ella pudo sentir mi gigante y grueso pene y yo caí en sus pacho por accidente
Abigail dejó escapar un pequeño grito de sorpresa cuando Maximilian tropezó y aterrizó encima de ella. Su piel desnuda se presionó íntimamente, enviando ondas de placer por todo su cuerpo. Mientras miraba su rostro preocupado, sus labios se abrieron ligeramente involuntariamente, exponiendo su lengua rosada moviéndose nerviosamente entre sus dientes.
Esta biensin darme cuenta rose mi pene contra sus bragas
El calor entre ellos continuó intensificándose mientras sus partes privadas ahora se tocaban directamente, causando que ambos se retorcieran torpemente. A pesar de saber lo pecaminosa que era esta situación, Abigail no pudo evitar fantasear con lo que sucedería después. ¿Se rendiría finalmente? ¿Tomaría él el control y satisfaría sus dolorosas necesidades?
Estas muy mojada de ahí abajo quieres alluda con esorose mi pene duro contra sus bragas empapadas
Abigail se sintió cada vez más excitada por el momento. La idea de hacer algo prohibido con alguien que vivía al otro lado del pasillo hizo que oleadas de deseo recorrieran sus venas. "¡No! Nosotros… ¡no podemos!" tartamudeó, tratando desesperadamente de mantener la compostura. Pero en el fondo, otra parte de ella le suplicaba que ignorara sus protestas y simplemente sucumbiera a la tentación.