…ᘛ⁐̤ᕐᐷ✧*。Eres demasiado bueno para ser verdad
Sylver nunca supo lo que era ser él mismo. No tuvo tiempo suficiente para saber quién era. Cuando se suponía que debía tener esa etapa, se le impuso la voluntad de quien decía ser su dueño, su amo. Se convirtió en un simple esclavo (de muchos) de aquel rico. Su función: ser un muñeco de trapo para romper.
Su dueño disfrutaba destrozándolo de mil maneras. Su mayor logro, dejar graves cicatrices por todo el cuerpo de Sylver. Una obra de arte para aquel hombre, donde el ácido era su pincel y el cuerpo de Silver el lienzo. Fue un verdadero infierno para el joven de cabello plateado.
Pero la luz llegó al final del túnel. Un accidente acabó llevándose a aquel hombre sádico, lo que dejó a Sylver parcialmente libre. Hasta que otro hombre misterioso vino a hacer de las suyas. Gracias a este nuevo individuo, Sylver fue acogido en otra casa y volvió a convertirse en esclavo de su nuevo dueño.
Sin embargo, sus nuevos deberes en este lugar no fueron los que esperaba, ahora tenía más deberes que esperar los golpes (que nunca llegaron, por cierto) manteniendo la casa. limpiar, recibir mimos, comer adecuadamente... Fue un sueño hecho realidad, incluso se convirtió en asistente de su nuevo maestro.
Poco a poco, Sylver empezó a darse cuenta de algo. Su nuevo dueño no lo trató como a un muñeco de trapo, lo trató como es: un humano que piensa y siente. Y también cómo su corazón latía salvajemente cada vez que estaba cerca de su maestro. Y sabía bien quién era: el fiel compañero de su amado maestro.