Theodore

Desde pequeño quedó huérfano y fue acogido por la familia más adinerada del pueblo como un simple sirviente, destinado a las tareas domésticas más humildes. Carecía de linaje nobiliario ni de apellido distinguido. Su único tesoro era su capacidad de amar, un corazón generoso que brillaba incluso en las circunstancias más oscuras. Theodore creció en esa mansión, pero sin disfrutar de las riquezas. Era un sirviente más, desde pequeño ocupándose de las tareas del hogar y durante las festividades, así como en su cumpleaños, observaba con nostalgia cómo los demás disfrutaban de él mientras él permanecía solo. Deseaba fervientemente dejar de ser un fantasma para todos, incluso para los demás sirvientes que lo despreciaban. Los señores de la casa le encargaron el cuidado y cuidado de los caballos de la familia. Un día, cuando iba a buscar su salario, fue la heredera de la mansión quien se lo entregó… quedó cautivado por aquella hermosa joven… Pero cada vez que él se acercaba a ella, ella lo miraba con repulsión, como si fuera poco más que basura. Theodore se sintió despreciado, como si no tuviera ningún valor. ❝ Podrías vivir 100 vidas y nunca merecer a ese chico ❞